lunes, octubre 16, 2006

¿Cuentas individuales en el INP?

“La AFP estatal es un tema opinable. Es deseable que haya más competidores en el mercado y más intensidad de competencia, por lo que el tema de la AFP estatal habría que evaluarlo en esos términos, es decir, en cuánta competencia puede agregar una AFP estatal al sistema”
La declaración no pertenece a ninguna de las voces tradicionalmente descalificadas por los medios de comunicación en manos casi todos de la derecha; ni a las voces estigmatizadas por los tecnócratas oficialistas que las acusan de retrógradas cuando se alzan para pedir algo de equidad al sistema. No. Pertenece a Mario Marcel, profesional con post grado, funcionario en el gobierno de Ricardo Lagos, casi ministro de Hacienda de la presidenta Michelle Bachelet, y designado por ella para presidir una comisión encargada de proponer modificaciones al actual sistema previsional privado.
Las conclusiones de esta denominada Comisión Marcel siguieron el derrotero esperado por quienes lo designaron, y también por quienes desde la vereda del frente veíamos que, con su composición, era imposible pensar en la elaboración de propuestas realmente alternativas al sistema impuesto en un ambiente de falta de libertades y atropellos a los derechos básicos a comienzos de la década del 80. De esta forma, este tema de gran interés social, se resolverá de la manera que mejor acomoda a la derecha económica y política.
Tomamos a la letra esta declaración de Marcel ya que sirve a las aspiraciones de miles de chilenos que, como nosotros, no aceptamos el actual sistema de capitalización individual que ha permitido la mayor concentración económica en el país, y la creación de grupos de poder político y económico que contribuyen a la fijación de estructuras odiosas de desigualdad.
Afirmamos que, tal como en el sector salud Fonasa se convirtió en un competidor de las isapres, con precios bajos y mejora sostenida de sus servicios, el Estado puede y debe asumir un rol ante las seis administradoras de fondos de pensiones que dejaran a la mitad de sus cotizantes con pensiones que deberá suplementar el Estado, al mismo tiempo que registran, cada año, utilidades que pueden llamarse sin duda como escandalosas.
Postulamos que el Instituto de Normalización Provisional, INP, institución sin fines de lucro, puede y debe abrir cuentas individuales y competir con estas seis administradoras, dueñas de casi el 70% del PIB nacional.
En términos de Marcel, el INP, puede competir, “darle intensidad a la competencia”.
El Instituto de Normalización Previsonal se encuentra en todo el país, cuenta con más de 140 oficinas. Tiene la estructura como para responder a la apertura de una línea de negocios distinta a la que hoy realiza.
Ya que a la derecha -y en la Concertación hay muchos que buscan complacer a la derecha- le gusta estar representada en todo organismo del Estado, proponemos que el INP cuente con un Consejo Superior, cuyos integrantes sean elegidos por el Parlamento y que representen los ámbitos sindicales, empresariales y académicos.
En algún momento el ex director del INP, Ernesto Evans dijo que “el INP sería una buena AFP estatal, porque tiene las economías de escala y el conocimiento suficiente para poder administrar fondos previsionales”.Es necesario crear una AFP estatal a partir del INP para las personas de bajos e intermitentes recursos, con comisiones bajas o inexistentes, y también para quienes no deseamos seguir contribuyendo, en forma obligatoria, a la concentración de la economía.
La población debe saber que 51 personas controlan toda la industria de las AFP; que la mitad de todos los fondos de los y las trabajadores/as están en manos de 13 grupos económicos que operan en el país y que los fondos invertidos en el exterior se concentran en 8 fondos de inversión, cuyos principales receptores son grupos españoles. Dos AFP responden a propiedad de esa nacionalidad.
Otra opinión respecto a un papel activo del INP como recaudador de cuentas personales es la de Andras Uthoff, ingeniero comercial y oficial a cargo de la División de desarrollo de la CEPAL. Uthoff afirma que una presencia activa del Estado en esta industria se podría hacer a través de un “INP mejorado, con un propósito de negocios establecido, con contabilidad separada, no siendo favorecida por subsidios. Así podría administrar cuentas de manera eficiente. O que tenga contacto con los clientes y subcontrate la administración de cuentas, por ejemplo, a través de una filial de BancoEstado. O sea, se puede llegar a una figura más estatal.
No aceptamos como argumentación que, siendo las AFP una de las bases de la economía pinochetista, por lo que la derecha no aceptaría cambiarla, nos rindamos sin poner en conocimiento de los y las trabajadores y trabajadores chilenos/as una alternativa real a este poder económico y político creado por la dictadura militar y que hoy tiene intereses en las sanitarias, eléctricas, retail, transporte, comunicaciones, bancos y servicios. Áreas de la economía conocidas por los consumidores chilenos debido a sus condiciones naturales: abuso de poder, tendencia al gigantismo en desmedro de la pequeña y mediana industria, identificación con la derecha política, todo ello salpicado con algunas acciones de beneficencia social que tienden a la reproducción de la pobreza mediante un asistencialismo que no cambia, de forma real, la situación de los chilenos más pobres.
Con nuestra propuesta los chilenos tendríamos una real posibilidad de elegir respecto a quienes, y a la forma de administrar nuestros recursos.
Enzo PistacchioMyriam VerdugoCarmen Ramírez

Cuestión de Género


Hace pocos días la prestigiosa revista Forbes publicó un ranking de las mujeres más relevantes e influyentes en el mundo. La lista la encabeza la Canciller de Alemania, Angela Merkel y la sigue la asesora de seguridad de Norteamérica, Condolezza Rice. En el lugar diecisiete figura nuestra presidenta, Michelle Bachelet. Muchos de los otros nombres que componen el listado corresponden a mujeres que se desempeñan en el mundo de los negocios.
¿Qué tiene de importante esta nómina? Mucho. Impensable era hace tan sólo algunas décadas atrás pensar en la posibilidad de confeccionar un listado como éste. El avance de la mujer en los distintos ámbitos del quehacer ha sido rápido en casi todo el mundo, y nosotros -como los ingleses que nos creemos de esta América morena-, no podíamos ir a la saga.
Los períodos en la historia en que algunas mujeres alcanzaron relevancia fueron acotados y en ocasiones puntuales. Algunas reinas del antiguo Egipto, algunas escritoras, algunas consortes de príncipes árabes o medievales también destacaron, pero en su caso se trataba de mujeres que por familia o por matrimonio adquirían un poder que usaron diferenciándose de la mayoría de las mujeres de sus épocas. Leonor de Aquitania, Isabel I, Manuela Sáenz, Isabel la Católica, Olimpia de Tebas, la reina egipcia Hatshepsut, Javiera Carrera, Catalina de Erauso, Sor Juana Inés de la Cruz, Santa Catalina de Sienna, Dhuoda y la reina Nzinga Nbandi fueron mujeres de excepción que superaron los obstáculos que la sociedad le imponía a sus congéneres.
Pero esos nombres, que pasaron a la inmortalidad, fueron escasos. La mujer, desde que el mundo es mundo estuvo relegada a un segundo plano (en algunas zonas de este planeta aún es así). Su labor era ser madre, cuidar el hogar, en muchos lugares además debía proveer ya que el hombre ocupaba su tiempo en prepararse para la defensa del hogar, del grupo o clan.
El avance de la mujer a través de los siglos fue extremadamente lento. Los ejemplos de las mujeres mencionadas representaron en la historia mundial sólo esporádicos hitos, o fogonazos que iluminaron débilmente nuestra promoción en la sociedad.
Sólo luego de la acción reivindicativa, luchadora y empecinada de las sufragistas, primero en Europa, luego en Estados Unidos y posteriormente en nuestro país se generó un avance sostenido y fuerte de la mujer en sociedad.
El maltrato a la mujer, el “ninguneo” viene desde lo más profundo de la historia escrita. Esquilo decía en su obra Las Euménides que la mujer no engendraba al hijo; afirmaba que era sólo la nodriza del germen depositado en su cuerpo, Aristóteles afirmaba que la mujer tenía una capacidad de deliberar débil e ineficaz, El padre de la Iglesia Paulo de Tarso decía sobre nosotras que así como la Iglesia está sometida a Cristo, así sean sumisas en todas las cosas las mujeres a sus maridos,
La Revolución Francesa, con su lema inmortal de “Igualdad, Libertad y Fraternidad” remitió a las mujeres luego de una breve incursión en la vida pública a sus hogares. Con su vida pagaron el atrevimiento de pensar algunas de ellas.
Pero este avance ha sido contra todos los poderes existentes. Religiosos, políticos, sociales, a lo que se debe sumar el machismo atávico que muchos hombres no pueden ocultar.
¿En qué muestran ese machismo? En la descalificación, en el comentario peyorativo, en la falta de respeto, en los comentarios sexistas, en el ejercicio de una complicidad para obstaculizar el avance de la mujer en las distintas esferas. Y pese a todo esto y a los milenios de dominación, hemos avanzado.
No lo suficiente como para impedir que se nos discrimine y maltrate. ¿O acaso son muchos los periodistas que se atreverían a preguntar a un Presidente, Primer Ministro o parlamentario sobre sus novias, esposas o amigas? Por supuesto que a una mujer se le indaga sin timidez al respecto. ¿Hay algún medio que hable de “el Lagos”, “el Blair”,”el Bush” o “el Frei”? Sin embargo cuántos hay que sin ningún empacho escriben sobre “la Bachelet”, “la Blanlot” o “la Alvear”.
­¿Ha leído alguien una nota, escrito o libro que hable de “el Neruda”?. No. Pero sí ha leído sobre “la Mistral”. ¿Qué demuestra esto, que quizás a alguien pudiera parecerle algo trivial?: demuestra que no hay respeto por la mujer. Que tener presidentas, primeras ministros, altas ejecutivas, escritoras destacadas ha sido a pesar de todo.
Lecciones que debemos aprender muchas, entre ellas no estigmatizar ni torpedear el camino que están haciendo hoy muchas mujeres en el mundo de la política, de la economía, de la cultura. Jamás volver a decir que si una mujer lo hace mal, estaremos condenadas a “volver a la cocina”. O acaso alguien denosta a los hombres por los Calígula, Hitler, Castro, Atila, Stalin, Salazar, Milosevic, Franco, Contreras, Nerón, Idi Amin Dada y otros próceres de la historia dominada y escrita fundamentalmente por hombres. Ojalá las mujeres aprendamos algo fundamental: Debemos ser solidarias entre nosotras y no para formar un frente contra los hombres. No. Debemos ser solidarias para apoyar a nuestras congéneres, que han logrado venciendo obstáculos cargos de relevancia; ser solidarias para que nuestra diferente forma de apreciar la vida y las relaciones humanas contribuya a mejorar un mundo, donde nosotros no hemos sido las que sembramos guerras, invadimos naciones, esclavizamos a los negros, bombardeamos ciudades. Así de claro. Ser solidarias es una cuestión de género.

Myriam Verdugo Godoy